8 de abril de 2022
El boom del pádel es un hecho. El “deporte rey de la raqueta” – el tenis – empezó a ver como su “hermano pequeño” comenzó a crecer exponencialmente desde el año 2006, no para quitarle su hegemonía pero sí para acompañarle. Es más, tanto “le acompaña” que, en la actualidad, el circuito francés Premier Padel celebrará su segunda prueba este julio de 2022 en “la casa del tenis”, en las instalaciones parisinas del Roland Garros.
La última década ha sido crucial en este deporte: pistas abarrotadas, cada vez más negocios asociados a la disciplina, más espectadores en los campeonatos, aumento de las retransmisiones televisivas, incremento de las ventas de material… Si lo traducimos en cifras, según la Federación Española de Pádel (FEP), el pádel en menos de 10 años ha triplicado el número de licencias federativas, superando en 2020 a las del tenis.
Rafa Nadal, Andrés Iniesta, Ibai Llanos, Lionel Messi, Rosa López y Fernando Alonso, son algunas de las tantas celebridades que se han sumado a practicarlo. Y es que se trata de un deporte que en España está creciendo como la espuma, y que ya ha coronado a su propio rey: el joven Alejandro Galán, más conocido como “Ale Galán”.
Actual número 1 del mundo junto con su pareja Juan Lebrón, ganador 2 veces consecutivas (2020 y 2021) del Master Final del World Padel Tour (WPT) – competición más importante a nivel mundial de la disciplina – y campeón en 20 de los torneos más relevantes, solo incluyendo los Master y Open, Ale Galán, con tan solo 25 años es uno de los jugadores que, sin duda, pasará a la historia del pádel.
Conocido por tener uno de los mejores golpes de revés que se han visto nunca, por su inigualable competitividad y admirable perseverancia, el joven leganense cogió su primera raqueta siendo un niño de solo 5 años, para dos años después, con 7, empezar a entrenar en las pistas de su urbanización con un jugador profesional, conocido de sus padres. Un entrenamiento que realizaba siempre junto a su hermana Alba, actual jugadora profesional, con quien no solo comparte deporte, sino que además un asombroso talento.
A los 15 años apostó al 100% por el pádel y en 2016, el Ale Galán de 20 años empezó su carrera deportiva en el World Padel Tour gracias a los excelentes resultados que consiguió con su pareja de entonces, el reconocido jugador argentino, Juan Cruz Belluati, con el que formaba una dupla explosiva, habitual en las últimas etapas de referentes campeonatos durante 2017.
Un año más tarde se unió al veterano Mati Díaz quien con su experiencia y su lucha – apodado El Guerrero – complementó perfectamente el juego de Galán, consiguiendo con él su primer título en el WPT. El brasileño Pablo Lima y el argentino Juani Mieres, le acompañaron durante el 2019, hasta que en 2020 Juan Lebrón se convirtió en lo que es en la actualidad, su pareja deportiva.
La unión de “Lebrón y Galán”se ha convertido en una combinación ideal de factores que parece que no solo les permitirá proclamarse asiduos “reyes del pádel”, sino que podría bautizarles como el dúo más icónico y legendario de la historia del deporte.
Lo que es indudable es el brillante presente de Galán en el pádel, su prometedor futuro y su inspiradora historia, en la que un joven de orígenes humildes pasa de jugar con su hermana y amigos en las pistas de su casa de Leganés a llenar con aplausos y vitoreos pabellones de élite en el mundo entero. El próximo, el mitiquísimo Roland Garros.
Más que un futuro prometedor
Más allá de los números, el futuro de Galán se visualiza como mucho más que prometedor. Importantes marcas como Adidas, RedBull, Cupra o NTTData Company, ya han apostado por la carrera del joven deportista. Además, se ha empezado a adentrar en el mundo de los negocios gracias a SportBoost, la aceleradora de Iker Casillas que mezcla emprendimiento, tecnología y deporte, en la que es mentor de deporte, junto a grandes del sector como Michel Salgado, Chema Martínez o Irene Paredes.
Pero lo que sin duda le asegura a Ale el éxito, no son ni los números ni las marcas, sino su pasión, su tenacidad y determinación, que pronto – pronosticando que el pádel se convierta en un olímpico – le llevarán a ganar el mayor sueño de cualquier deportista. Y es que, como bien dice la cultura popular, “elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día”.