Hoy en MyPublicImpact tenemos el placer de entrevistar a Sergio de los Santos, el reconocido experto en ciberseguridad, que además es un lector empedernido y un apasionado de la literatura.
Sergio cuenta con más de 15 años de experiencia en el sector de la seguridad informática, habiendo trabajado en importantes y diversas empresas y organizaciones de todo el mundo. Además, su vocación por la ciberseguridad le ha llevado a dedicar gran parte de su trayectoria profesional a la divulgación, mediante la participación en eventos, conferencias y publicación de libros técnicos como “Máxima Seguridad en Windows: Secretos Técnicos”, “Malware moderno” o “Una al día”.
En esta entrevista, hablaremos sobre su última gran obra “Marrón cobalto”, con la sorpresa de que esta vez, se trata de una novela…
Recuerda que puedes contactar con Sergio de los Santos en su buzón público de MyPublicInbox.com.
Me dedico a la ciberseguridad pero que siempre he tenido interés en las humanidades… Es un campo que creo que complementa muy bien con lo técnico, sobre todo a la hora de comunicar. A muchos técnicos se les ha olvidado la importancia de explicar el conocimiento para públicos diferentes (que no necesariamente siempre es “para todos los públicos”).
Siempre me ha interesado la literatura. El buen lector muchas veces intenta escribir. En mi caso no se me daba mal (gané un premio en el instituto) y decidí invertir en formarme como afición. El caso es que de esa formación surgieron varios proyectos, entre ellos la novela. Después de mucho tiempo en un cajón, una amiga la rescató para presentarla al premio internacional de literatura Ateneo de Madrid… y no gané. Pero crearon para la novela (de entre más de 400) una “mención especial” que no estaba en las bases. Esto fue todavía un premio mayor para mí. A partir de ahí publicaron el manuscrito (que era el mismo premio que recibía el ganador) en Ediciones de la Torre, donde también editan grandes clásicos… Se me ha ido un poco de las manos porque además vamos a agotar la primera edición.
En realidad no es un salto, sino una afición paralela. Probablemente siga desarrollando ambas disciplinas. Tienen algo en común, porque estructurar un libro, técnico o no, es un proceso similar. Ambos necesitan disponer de un tono concreto, pensar en una estructura, disciplina para desarrollarlo, repasar, repasar, repasar… Y sufrir épocas de sequía. No es un ejercicio tan diferente en la forma aunque en el fondo no tengan nada que ver.
La historia es sencilla: un supuesto escritor frustrado encuentra e idealiza a una prostituta inconsciente en su portal. Pero lo importante son los temas que trata. Aborda una historia desde los márgenes en la que los personajes son perdedores y terminan por perder además la voluntad de seguir adelante. Y en esta situación, lo que te queda son sentimientos y emociones muy intensas: el egoísmo, el odio, el rencor y el instinto de supervivencia. Paradójicamente, yo creo que el egoísmo se agudiza cuando has tirado tu vida por la borda. También trata sobre cómo nos perciben el resto de personas y cuál es nuestra verdadera identidad. Si de verdad somos perdedores para nosotros o para el resto. Y lo más duro: cómo a veces somos prescindibles para las personas en las que confiamos y en la que hemos depositado lo poco que nos queda.
Leer a Auster, Beckett, Bukowski, Perec… Es literatura que marca.
El comienzo del capítulo 13: En la cama, protegidos bajo la manta, ella me dice que yo siempre huelo a cenizas. No a cenizas de cigarrillo —aunque los dos fumamos demasiado, creo entender—, sino a cenizas de hoguera en el campo, grises, calmadas y simples. En un tiempo calientes, hoy reposando entre astillas y carbones. Yo digo que ella siempre huele al polvo que se posa en los libros olvidados, sobre los muebles abandonados y en el suelo que no se pisa. Esa noche, juntos nos lo susurramos, de espaldas el uno al otro, sin que pueda saber si es ella quien abre la boca o yo quien oigo su voz. Después nos quedamos dormidos en el estrecho colchón sobre los hierros oxidados, cubiertos por una manta roñosa y oscura, luchando por obviar el ruido de las calles, el neón parpadeante, los gritos de la ciudad y los amenazantes desconchones en el techo.
Lo más interesante de la obra creo que es que cuenta una historia más allá de la que está pasando. Muestra el periplo interior de la persona, el monólogo, el pensamiento y todas las dimensiones que puede cobrar. Se consiguen así muchas historias porque hay diversas interpretaciones y disfrutas de varios libros en uno. El que lo lee lo hace suyo. En ese sentido me han dicho que siempre engancha, y que, a pesar de ser un protagonista en ocasiones detestable, se han llegado a identificar o empatizar con él. Cada lector ha leído un libro y no sabes cuál es “el correcto”. Hay que respetar al lector y permitir que la imaginación haga su trabajo. Considero que de esa forma el impacto (y el reto) es mayor porque tienes la responsabilidad como autor de construir una historia casi única a partir de lo que ha leído cada lector. Si no se le da esa oportunidad, la historia es plana. Y no me identifico con la literatura plana. Tampoco con las fórmulas excesivamente complejas, por tanto el texto está abordado desde una aparente sencillez.
Formaron parte del jurado del premio y apoyaron la mención especial en el concurso. Defendieron mucho la obra y se lo agradezco. Hablan de una novela diferente, y radical. Incluso afirman que la obra suma a la literatura española. Claro que es para estar orgulloso. Después han trabajado en difundirla y he contado además con muy buenas críticas de muchos otros escritores. Es una experiencia interesante.
Sí, creo que puede surgir una novela para el año que viene. Tengo los elementos y necesito construirla.
28 de marzo de 2023
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